viernes, diciembre 30, 2005

PALABRAS VACÍAS



















Me dices palabras de amor
que son tan pensadas,
tan elaboradas,
que aún siendo bellas las siento vacías,
distantes y frías.
Tan sólo queda dentro de ellas
aquel amado eco de tu presencia.

Palabras dulces y tiernas
que lejos de presentarse ante mí desnudas,
lo hacen vestidas con chaqué y corbata,
van de gala,
de cumplido,
te da lo mismo decírmelas en alto
que al oído.

Me suenan a bruma,
a polvo,
a viento,
porque son ligeras,
no tienen ningún peso;
son palabras huecas,
sin contenido,
les falta el sentimiento
que es lo más querido.

Te miro y no te veo,
te tengo delante
y no te encuentro.

Yo, que siempre fui contigo
un volcán de sentimientos,
que me entregué a ti
como tan sólo tú y yo sabemos,
no quiero un triste muñeco de cartón y piedra
escondido detrás de unas palabras huecas.

Ahora sé que quisiste recoger las lágrimas
que mi sentimiento derramaba
para hacerlas tuyas,
ahora sé porque me reñías
cuando quise ser un día
esa piedra que ni siente ni padece,
ahora sé que intentaste con toda tu alma
ser capaz de amar….
sin conseguirlo.

Y ahora sé que los dos,
tú y yo,
seguiremos nuestro camino
llorando por diferentes motivos.

martes, diciembre 27, 2005

PÉTALOS DE FLORES



















No hago otra cosa que perseguir
aquellas hermosas flores
que acariciaban mis cabellos.

Llevo su olor impregnado
en cada poro de mi piel,
el aroma de aquellos besos furtivos
que como un niño travieso dibujabas
sobre mis labios,
derramando esos pétalos perfumados.

Hoy nos miramos en silencio,
recordando aquel pasado,
siempre querido
y jamás olvidado.

Cómplices del destino,
tu tierna mirada me sonríe
sabiendo que ahora tus besos
deben dirigirse a mis sonrosadas mejillas,
mas, sin poderlo evitar,
tus labios rozan los míos,
y saltándote
convencionalism
os
los posas suavemente en la comisura
de mi sorprendida sonrisa,
dejándome la fragancia
de aquellos pétalos perfumados.


sábado, diciembre 24, 2005

NOCHE DE PAZ



















¡Qué una luz interior te guíe siempre!

Estés donde estés,

seas quien seas,
te deseo lo mejor,
hoy y siempre.

Sí, no lo dudes más
porque no es tan extraño,
eres tú,
el que ahora pasa por aquí,
este mensaje es para ti.

EL GATO DE OJOS AZULADOS



















Hace unos días al llegar a casa me encontré tumbado sobre la mesa de mi escritorio un precioso gato grisáceo cuyos ojos azulados me cautivaron. Es muy suave, aterciopelado, mimoso y orgulloso. Desde lejos me lo envió un mago amigo mío, que sin que yo sepa cómo, siempre me sorprende sacando regalos de su chistera.

El gato de ojos azulados, que aún no tiene nombre, sale cada día por la rendija de la ventana que intencionadamente dejo abierta para que vaya donde quiera. Le encanta andar de acá para allá. Callejeando hasta por los más recónditos rincones no deja de otear desde altos tejados. En largas o cortas distancias sus lindos ojos azulados son capaces de captar las ilusiones, los sueños y los deseos que envuelven a la gente, sin que ellos los confiesen.

A escondidas cada noche se encierra en el garaje y elabora recetas mágicas de múltiples colores que tan sólo él sabe distribuir sin que nadie perciba que lo hace: un poquito de amor en los árboles, cuyas frutas maduras saborearemos todos este verano; esperanza y trabajo derrama cada lunes en los bancos soleados de nuestras calles y parques; la salud y el cariño le gusta esparcirlos por todos los sitios.

En estas fiestas, en las que unos lo pasan bien, otros mal y la mayoría regular, el precioso gato de ojos azulados y yo queremos desearos a todos los que os habéis cruzado alguna vez con mis humildes letras, y a los que jamás lo hacéis también, que paséis una feliz Navidad y que el Nuevo Año venga vestido con un traje azul de ilusión y bienestar.

Mirad a este mágico gato de ojos azulados, hacedle vuestro poniéndole el nombre que más os guste para él, y no os vayáis de aquí sin pedirle en secreto vuestros más preciado regalo. Tened mucho cuidado con lo que pedís porque muchos deseos se llegan a cumplir…

miércoles, diciembre 21, 2005

LLUVIA EN NAVIDAD






Pequeñas gotas de lluvia resbalan
por los cristales del taxi,
discurren descontroladas,
empujadas por la inercia,
sin saber que su movimiento
morirá en algún lugar.
Miro a través de ellas
la distorsión de mi ciudad
vestida de luces navideñas,
gente que se apresura por las calles
resguardada bajo sus paraguas.
Les observo en cada semáforo
sin dejar de recordarme a mí misma
en otros tiempos que se fueron,
que busco sin encontrar
porque no sé dónde están.

El coche avanza a ritmo lento
y sin querer,
sin saber bien el porqué,
mis ojos se empañan
como el cristal
dejando las lágrimas aflorar.

Me derramo en tristeza,
me escurro en el vacío,
en una sensación de no ir ni estar
en ningún lugar;
me empapo en soledad.

Huiría
hasta el mismo borde
del mundo,
aún sabiendo
que allí tampoco estás.

Se me truncaron todos los sueños
y ya ni yo misma me encuentro.
¿Quién soy sin ellos?

Sé muy bien dónde dejé
aquella alegría mía,
las mejores de mis sonrisas;
sé dónde han ido quedando
pedacitos de mi corazón.
Quizá por eso,
hoy me duele profundamente
esa parte que aún conservo
en mi interior.

domingo, diciembre 18, 2005

SIN UN ADIÓS



















Me iré sin un adiós,
sin un porque,
sin angustia,
sin dolor,
sin ninguna explicación.

Me alejaré de tu vida
igual que tú te fuiste un día.

Todo pasa,
ya no tienes ningún arma:
tus caricias a media noche
ya no me hacen estremecer,
tus dulces palabras a media voz
ya no empañan mi razón,
tus ojos miel
ya perdieron su poder.

Me llevo un poquito de ti:
la imagen de una triste sombra
que un día confundí,
y la amarga certeza 

de que siempre te seguiré queriendo
en mi recuerdo.

viernes, diciembre 16, 2005

EL ECO DE TU AUSENCIA



















El eco de tu ausencia
retumba en mi corazón,
lo siento completamente vacío
sin tu amor.

Una densa niebla se ha instalado 

en lo más profundo de mi ser,
sin dejarme ver el presente
que como agua tras un deshielo
dejo correr.

Paseo por un mundo,
que ya no es tuyo ni es mío,
con la mirada perdida en la lejanía,
en un tiempo que se fue
para nunca más volver.

Acaricio esas adoradas manos
que fueron mías,
me hundo en el sereno mar negro
de tus ojos risueños,
besando el recuerdo de tu amor,
cuando tan sólo una sonrisa de tus labios
me alegraba todo el día
y el roce de tu piel erizaba
hasta la capa más escondida de mi ser.

miércoles, diciembre 14, 2005

LA SOMBRA DE LA LUNA



















En la noche
navego por este mar sereno,
tranquilo,
en el que se reflejan sombras 

de sonrisas plateadas.

…Y la vida sigue su curso
sin esperar que me desperece
del letargo.
Debo seguir surcando mares azules, 

grises o plateados,
columpiándome
en pequeños y grandes interrogantes,
como hacía de niña
cuando la blanca luna me perseguía.

La sombra de esa luna
que desde lejos aún me cuida,
trasformando su interrogante
noche tras noche
en una hermosa pelota blanca
para que juegue con ella
y me distraiga,
desde esta gran distancia
que nos separa;
agitando balsas de agua salada
para darme enormes abrazos
de espuma blanca.

¡Luna hermosa,
que acaricias el agua
con tu sombra plateada,
nunca dejes de perseguirme
allá donde vaya!

lunes, diciembre 12, 2005




















Tú, que siempre has sido
el caminante de mis sueños,
el amor de mis amores,
el faro al que se dirigían
todas mis alegrías.

Tú, que me enseñaste a decir sí,
que me llenabas el corazón
de ilusión en los atardeceres
de mi juventud.

Tú, que me demostrabas
sin palabras tu amor,
tú, que desde hace tiempo
no sabes por dónde camino
ni la tierra que piso,
si tus lindos ojos recorren
alguna vez este humilde rincón,
quiero que sepas que soy yo
y que tú sigues siendo
el eterno pasajero de mi corazón.

sábado, diciembre 10, 2005

AÑORANZA



















Los labios me saben a sal,
la sal de las lágrimas
que no cesan de rodar
por mis mejillas.

Te sigo añorando,
te sigo queriendo a mi lado,
aunque no sepa la manera
de no causarnos daño.

El fondo de mi alma
siente una tristeza serena,
tranquila,
medio despierta,
medio dormida.

La fiera del dolor,
que como un puñal
me traspasaba el corazón,
se va apaciguando,
pero tú nunca te vas de mi lado,
te llevo allá donde vaya,
prendido en lo más profundo
de mis entrañas.

jueves, diciembre 08, 2005

TU BICICLETA




















En aquellas soleadas tardes de mi vida
no había mayor alegría
que verte pasar por mi calle
con tu bicicleta.

Aquel sonido del timbre
que tú hacías cantar
cada vez que pasabas
junto a mi ventana,
me parecía el trinar
del más hermoso pájaro,
llenaba todos mis poros
de agitación e ilusión.

Tus cabellos rubios
brillaban bajo el sol
dejando una estela luminosa
que se colaba por mi ventana.

Eras mi caballero andante
a lomos de tu corcel metálico,
que cada día de aquel inolvidable verano
me venía a buscar
para llevarme volando
a explorar universos
de sensaciones,
en la hora buja,
cuando el sol se pone.

lunes, diciembre 05, 2005

POLOS OPUESTOS

















Tú eres cegadora nieve,
yo soy rojo fuego,
que por no quemarme las pupilas 

cambio de rumbo,
y corro a favor de un viento
que me lleve lejos.

Tu pasividad y en ocasiones apatía,
turba mi profunda rebeldía,
ésa que nos enfrascaba 

en mutua compañía 
de interminables horas cada día.

Tu resignado determinismo
chocaba con el libro 

que mi pluma escribe paso a paso,
instante tras instante

mientras vivo, 
mientras sueño,
mientras respiro, 

mientras te pienso,
mientras te tengo.

¿Y tú aún me dices que nos parecemos,
que tu alma es un reflejo de la mía?

Cuando ese fuego 

que ahora apenas templa tu corazón 
te haga arder en amor,
ese día tu reflejo será el mío.

Lo que hoy soy incapaz de negarte
es esta poderosa e inexplicable atracción
que aún sentimos los dos,
y que en mi caso sé sin duda
que es amor.

viernes, diciembre 02, 2005

NAUFRAGIO
























Busco en el mar de mi recuerdo
todos los despojos de este amor
que naufragó,
antes de que tú te enteraras
de que realmente existió.

Aquellos ingenuos pájaros
que junto a ti aprendían a volar,
se murieron de pena en mullidos nidos
construidos de indiferencia.

El nenúfar 

que tus manos me obsequiaron 
se ha secado y cuarteado 
a fuerza de esperar
entre un viejo libro
que nunca más vas a hojear.

Las mariposas que aleteaban felices
hasta tus oídos para hablar contigo,
hace tiempo que perdieron ese rumbo fijo.

Y esa cascada de ilusión
que me desbordaba por dentro
cada vez que te tenía cerca,
ya no la siento.