TRAJE DE FUEGO

Pequeña aclaración: los comentarios que me dejéis en forma de tanka, junto a los que yo he escrito de esta misma manera, los postearé, a no ser que el autor me exprese lo contrario. Gracias a todos por visitarme, especialmente hoy a Noa (en este blog enlazada), que es la persona de la que he aprendido a escribir tankas.


Entre tus manos
y entre tus candores...
mi cuerpo vibra;
temblores... se excita;
humedad... te desea.

* Escrito por Noa.

Entre tus manos
que por todo mi cuerpo
vuelan quemando
me siento poderosa
coronada de pasión.

* Escrito por Trini.

Estas caricias
de tus manos aumentan
este deseo,
el tuyo, el mío; nuestro,
que no cesa, no cesa…

* Escrito por Suprema Perfidia.

Bellas tus manos
que me tocan cálidas
calor de sangre
que me recorre feroz
es tu pasión atroz

* Escrito por Pandora.

Manos de seda
encienden el deseo.
Traje de fuego,
llamarada de besos
incendiando el cuerpo.

* Escrito por Anngiels.

HOMBRE MADURO

QUERERTE A TI

Quererte a ti duele,
duelen tus silencios,
tus idas y venidas;
duele tu sufrimiento,
ése que te inunda por dentro.Quererte a ti es una pregunta
sin respuesta,
es una duda eterna.

Quererte a ti es vagar
por el desierto
sin encontrar una gota de agua
que calme mi sed.

Quererte a ti es saber
que aún necesitándote
desesperadamente
no estarás,
que eres capaz de matar
el amor dejándolo
agonizar.

Quererte a ti es sufrir,
y aún así
sé que de alguna manera
siempre te seguiré
queriendo.

SONRISA

Para un querido amigo al que me gustaría visitar y acompañar en momentos delicados, si la distancia nos lo permitiera. De su mano me trajo a esta orilla nadando.

SIN PRETENDERLO

Me llenaste el alma de profunda ilusión;
cada día nadaba en ella contigo
sin darme cuenta que yo era la única
que ponía el agua y la sal a nuestro mar.

Todo mi ser se impregno de ti,
no quedo un rincón que no recorrieras...
a tientas,
entre mis silencios,
siempre intuyendo mis pensamientos
y mis deseos.

Con esa paciente constancia
fuiste conquistando mi terreno,
grano a grano de arena,
hasta convertirte en el carcelero
de mis sentimientos.
… Y todo ocurrió sin pretenderlo.

BORRADOR

DEJO…

Dejo que tus manos resbalen
por mi piel desnuda,
que las deslices
al compás de tu respiración.

Dejo que modeles mi cuerpo,
que lo esculpas como si fuera arcilla.

Dejo que vaya aumentando el deseo,
jugando con los sentidos,
los tuyos, los míos.

Dejo que mi piel cambie de sabor
al mezclarse con tu sudor,
y que cambie mi olor 
al crecer tu pasión.

Dejo que mis latidos aumenten
al ritmo de tu deseo,
y que mis manos y mis labios
aniden en tus poros abiertos.

Dejo de ser un sólo cuerpo
para sentir que el tuyo es parte del mío,
y sin dejar de ser quien soy,
no dejo de volar contigo.

LLEGAS

Llegas en mis noches más tristes,
cuando el silencio quema,
cuando solamente me encuentro
dentro de mis propios pensamientos.

Llegas despacio,
tranquilo,
susurrándome al oído,
entendiendo cada uno de mis latidos,
consolando mi pena,
acariciando con ternura mis cabellos,
abrazando mis recuerdos.

Llegas desde muy lejos
me besas en los párpados
y te ajeas,
dejándome tu aroma,
esa estela de tu presencia.

AÑORANZAS

Me visto de dulce añoranza al recordarte,
ahora que ando por estos mundos sin rumbo,
ahora que me echo tanto de menos,
ahora que oigo tu voz perdida en un tiempo
en el que sin ser aún nada
lo era todo.

Si supieras que de tus enseñanzas
aún sigo sacando provecho,
que recuerdo como cuidabas cada frase,
como nos fuiste moldeando
en una expresión tan importante.

Mi querida y admirada profesora
de tiempos de miel y rosas,
¿cómo no iba a dejar aquí constancia
de lo que te debo,
de lo mucho que te aprecio?

Siempre optimista,
con esa vitalidad que nos contagiabas,
con la que día a día nos impulsabas;
con esa manera tan particularmente sencilla
y directa de resolver al instante
cualquier dudas o problema;
con esa mezcla de carácter y humanidad
que dejabas reflejar.

Confiaste en mí más que yo misma
desplegando ese gran abanico
de futuras posibilidades
que generosamente me otorgabas.

La vida nos depara sorpresas,
casi nunca es como planeamos,
como esperamos, como deseamos.
Nos hace cambiar de tren
sin que sepamos el rumbo exacto.

Por suerte la vida también nos besa
en la mejilla con felices casualidades.
¿Quién me iba a decir a mí
que de las alturas de las blancas nieves
pasaríamos a encontrarnos al ras del mar?

Fue tu voz la que una vez más me llamó.
De inmediato te vi enfrente de mí,
y fue profunda la emoción que sentí
mientras nuestras preguntas se cruzaban
ansiosas al viento.

En mi mente no paraba de revolotear
aquel querido profesor mío,
fue inevitable no tenerle dentro
en esos momentos,
mas la prudencia o la timidez
hizo que no supiera nada de él.
Su nombre me lo callé.

Ese fortuito encuentro
con aquella inolvidable profesora
una noche de verano junto al mar,
me supo a agridulce meta alcanzada,
a añoranza,
a sensación de haberme perdido
por un camino que no era el mío,
a comprobar que la vida
no tiene marcha atrás
y que debemos asumir
cada uno de nuestros pasos
al caminar.

AUTÉNTICO

Desde hace tiempo
sabes poner el mundo a tu favor,
llevarme a tu terreno en tan sólo un suspiro,
en lo que dura ese beso de tus labios;
hacerme reír y enfadar
con las mismas ganas y facilidad.

Te miro a los ojos
y sé que eres auténtico,
que te tengo,
que tus confortables bazos lo dejan todo
para abrazar mi cuerpo y mis deseos,
que como un niño perdido buscaste mi mano
para pasear bajo la lluvia
aquella tarde que tu alma lloraba,
que estás en mis pensamientos y en mi realidad,
que no nos podemos olvidar,
que a cada oleada de viento
se remueven nuestros sentimientos.

Hay tanta complicidad entre tú y yo
que conozco tus pensamientos
antes de que tu voz los intente disfrazar,
la luz de tu sonrisa
antes de que ilumine tu rostro,
el vuelo de tus manos
instantes antes de que me acaricien,
esa mirada tuya,
lánguidamente aterciopelada,
antes de que con ansia bese la mía.

La protección y el cariño
con que siempre me tratas
se ha convertido en tu mejor arma,
y hoy no hay nada que me guste más
que respirar ese olor a lluvia,
a tierra mojada,
mezclada con el sabor de nuestros besos
resguardados bajo tu paraguas.

DUCE PAZ

Después de tantos años separados,
tantos caminos andados sin tu mano,
las más tiernas y frágiles mariposas
te han traído a mi lado.

Tan cerca de mí te he tenido,
que con sólo el roce de tu presencia
has conseguido 
que fuera de nuevo aquella chica risueña.

Me hablabas como siempre,
como si nuestro tiempo no hubiera pasado,
como si la distancia 
y la vida no nos hubiera separado,
como si continuáramos enamorados.

Y cuando me has estrechado entre tus brazos
y tus lindos labios me han besado,
con una sensación de dulce paz,
me he despertado.