UNA ESCAPADA

Este es mi último escrito por unos días. Me voy a respirar aires marinos, y tal vez encuentre ese caballo negro de pura sangre que tanto me gusta.
No quiero dejar pasar la ocasión para agradeceros muy sinceramente la amabilidad que habéis demostrado siempre conmigo al acogerme en este mundo de los blogs. No me deja de sorprender que dediquéis parte de vuestro tiempo a leerme, ha dejarme comentarios tan preciados para mí, o simplemente a pasar y mirar en silencio. Este rinconcito que abrió para mí Ignacio (cuyos blogs son: Nacho de día, Nacho de noche y Cavilaciones sensitivas), me ha ilusionado más de lo que en un principio pensé, llenado muchas horas que él, con excelente previsión de futuro y como buen amigo, sabía que de algún modo debería ocupar.
Aquí es donde he comenzado a hacer mis intentos de poemas. ¡Qué osadía la mía, con lo poco que sé del tema y lo prosaica que soy! También hice intentos de takas antes de saber que sin darme cuenta eludía reglas importantes de la métrica, como por ejemplo las sinalefas. Algo que amablemente me explicó Juanmi (cuyo blog es: A solas con mi intimidad). En fin, que no es tan fácil como me parecía. Por eso, con mayor motivo os reitero mi agradecimiento por acompañarme durante este tiempo.
Ni que decir tiene el cariño que os he cogido. Me he ido adentrando poquito a poco en vuestros mundos, unas veces reales y otras de ficción, pero siempre me habéis trasmitido mucho de vosotros.
Os dejo aquí un puñado de besos y abrazos para que los cojáis si pasáis.
Ana (Topacio)