viernes, abril 14, 2006

EL PROFESOR



Aquella apacible tarde de primavera Laura contemplaba tras el cristal de su ventana como los estudiantes entre algarabías y risas salían del colegio. Se fijo en un grupito de adolescentes que alegres y despreocupados cruzaban la calle de camino al parque. Sin querer vino a su memoria aquel lejano curso de sus recién cumplidos 14 años, cuando llegó a su colegio un profesor alto y delgado del que se enamoraron la gran mayoría de las alumnas. Ella en un principio se resistía, pero sus penetrantes ojos verdes la lograron cautivar. Era la primera vez que alguien la miraba con tanta insistencia, lánguidamente, de una forma que le hacía estremecer. El joven profesor jugaba con todos sus alumnos, pero por Laura sentía una especial predilección: siempre bromeaba con ella y tenía una frase cariñosa que decirle. En muchas ocasiones Laura se sonrojaba ante esas persistentes miradas suyas, que en el profesor causaban tal distracción que le hacían perder por unos momentos el hilo de la lección, se trababa con las palabras ante el resto de los alumnos, turbando a Laura aún más. La chiquilla se enamoró perdidamente de él. En sus clases no pestañeaba, le escuchaba con la máxima atención y emoción. Sus mejores notas eran para las asignaturas que él impartía y todo su mundo de adolescente empezó a girar en torno a él: le pensaba continuamente, soñaba despierta, fantaseaba con él, algo que el joven profesor, queriendo o sin querer, propició. Hasta que una tarde al salir de clase una chica vino a buscar a su querido profesor. Laura supuso por cómo se abrazaron que era su novia. Por segundos se sintió empequeñecer, cada vez más niña al lado de aquella mujer. Caminó triste y desilusionada de vuelta a casa, y aunque el tiempo pasó trayendo más amores a su vida, siempre se preguntó por qué aquel joven profesor la enamoró. Hoy es una mujer felizmente casada, pero aquella tarde tuvo unos minutos para recordar a su primer amor de adolescencia. Con nostalgia pensó qué habría sido de aquel profesor, pero comprobó que lo que más tristeza le producía era haber perdido para siempre a aquella chiquilla de 14 años que vivía con tanta intensidad las emociones.

16 Instantes:

Blogger CEL **Instantes...

¡¡muy buena la fotografia!!.

¿quien? no ha vivido ese primer amor adolescente, con esas miradas que todo tu cuerpo se estremecia,
quién pudiera a volver a vivir lo bello de esa inocencia
Me gusto el relato.

Cel

10:02 p. m.  
Anonymous Anónimo **Instantes...

El primer amor de la adolescencia que se lleva con el la niñez. Una historia muy bonita, me ha gustado mucho leerla y aunque no me enamoré de ninguno si he recordado toda mi vida a aquellos los profesores de mi adolescencia que tanto me marcaron.

Besos muchos

10:27 p. m.  
Anonymous Anónimo **Instantes...

Que lindos recuerdos..en una adolescencia recordando un amor..unprimer amor..siempre existe tanta ternura..!
=)

Linda historia..!
Saluditos! y mil gracias por tu amable visita!!!
=)

11:40 p. m.  
Blogger Athalwira **Instantes...

Muy bonita historia, y amiga, aquella niña sigue en tí, no la perdiste.
Muchos besos.

12:26 p. m.  
Blogger cedrik **Instantes...

Quien no se enamoro en esos momentos en que las ormonas comienzan a trastornarnos de la persona que no deviamos...........

Saludos:)

1:33 p. m.  
Blogger @Igna-Nachodenoche **Instantes...

Siempre siempre quedan instantes interminables para el recuerdo.
Un beso.

2:00 p. m.  
Blogger Noa- **Instantes...

Como dice Ignacio siempre atrapamos momentos que serán eternos mientras seamos capaces de recordarlos y revivir con ellos aquella chiquilla de 14 años, aquel niño de corta edad... aquel/aquella...

Saludos

3:54 p. m.  
Blogger Kat **Instantes...

Esos amores de estudiantes son fuertes..... aunque no recuerdo haberme enamorado de ningun profesor... todos eran feos... jajaja

Divina historia mi chiquis.

Besos.

8:22 p. m.  
Blogger Enigmática **Instantes...

Tpacio querida, una relato de aquellos días en que todo nos hace soñar y mas unos ojos verdes en un profesor.

Que suerte encontrarnos, es una alegría tenerte en mi blog.

Un abracito.

4:05 a. m.  
Blogger www.poemasparamiamor.blogspot.com **Instantes...

Un bello recuerdo de adolescente, no tiene que doler, solo es un primer amor, quien no lo tuvo, al menos el profesor no abuso de ese amor, y quedó commo un bello amor platónico.
Un besito

anngiels TE DESEA FELICES PASCUAS

5:59 a. m.  
Blogger Antonio Velasquez **Instantes...

Topacio: ¡que linda historia nos presentas! Pienso que los recuerdos pueden producirnos nostalgia por lo que fue, pero principalmente deben ayudarnos a apreciar lo que somos ahora.

¡Un beso! ...y ¡gracias por tus comentarios!

7:38 a. m.  
Blogger Solo en la Oscuridad **Instantes...

Quien no recuerda aquel platonico amor del alumno por su profesora inocente en cierta medida, hasta fantasia sin igual, hay quien dice que el encanto esta en la sabiduria yo solo me limito a cerre brevemente mis ojos y recordar.

3:03 a. m.  
Blogger Lacosteant **Instantes...

El amor de adolescente-niño tiene dulzura , candor y ternura; es un amor por el Amor más que por el circunstancial objeto de ese amor.

Muy bonita evocación, querida amiga. Un afectuoso beso.

2:20 a. m.  
Anonymous Anónimo **Instantes...

ola somos dos adolescentes de 14 años esta historia nos a encantado xke realmente nosotras estamos pasando por lo mismo que tu pasate en tu juventud y los queremos mucho dariamos nuestra viida por ellos chao besos.

7:11 p. m.  
Blogger Topacio **Instantes...

Gracias a vosotras dos, chicas adolescentes de 14 años (son los que tenía yo), por leerme. ¡Con cuanta intensidad de emociones se vive a esa edad!

Besos a las dos y que tengáis mucha suerte en el amor.

5:22 p. m.  
Anonymous Anónimo **Instantes...

Qué lindas imágenes e historia! Me sentí muy identificada! ¿Quién nunca se enamoró de un profe? A mí el de Matemática, Claudio D., me robó el corazón descaradamente... Ay! Qué lindo era soñar con él todas las noches! Me llevaba 30 años, era casado y tenía 2 hijos, jajaja. No era un hombre lindo físicamente (excepto por su sonrisa que era lo más hermoso del planeta), pero tenía como un imán que me atraía mucho; era tan bueno, tan noble, tan gentil, tan macanudo, ¡tan dulce!... ¡Yo era su alumna preferida, se notaba a la legua, jajaja! Lo veía como al hombre ideal. Me había obsesionado tanto con él que llegué a anotar la patente de su auto y conseguir su nº de DNI, vaya uno a saber para qué... ¡Jajaja! Y bueno, cosas de quinceañera, ¿no? Lindos tiempos... Gracias por ayudarme a recordar. Besotes!!!

3:34 a. m.  

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