SE ACABÓ

Se acabó esperar amabilidad de personas 
que escupen sobre tu ilusión, 
que después de aceptar tus regalos 
te siguen mordiendo la mano, 
que no te valoran como mereces. 

Se acabó esperar comprensión o cariño 
de quienes en ninguna circunstancia lo mostraron, 
de dar explicaciones a quien ni las merece 
ni las entiende,
pues no son capaces de alejarse un milímetro 
de sus propios ombligos. 

Se acabó dar a quien devuelve indiferencia, 
a quien se aprovechan de cada circunstancia 
y hace falsas promesas. 

Se acabó caminar por senderos ya recorridos, 
secos, estériles, baldíos, 
que presumen de evolucionados 
y se quedaron atrapados en pozos de prejuicios, 
de envidias, de complejos perpetuos. 
La tierra es grande y merece la pena 
atreverme a explorar por otros lugares. 

Se acabó variar el mediano estado emocional 
de mi pequeño mundo
por personas a las que poco importo, 
que no mueve un dedo por mí, 
que llevan toda la vida siendo desconsiderados 
y nadando en profundo egoísmo. 
Como recordatorio basta pensar en el nefasto 
pasado verano… 

Se acabó ser pasional y hablar, 
llegó la hora de callar 
para con gélida frialdad actuar.