MI MAESTRO
No concibo
este espacio sin dedicarte
unos humildes párrafos,
con gran cariño
mi querido maestro.
Tus enseñanzas se basaban
en los textos
y en el correr del tiempo:
en tus aulas nos aleccionabas
sobre gramática
y sobre cómo ser mejores personas.
Miro hacia atrás
y en mi vida tú siempre estás:
dándome pequeños
empujones para continuar
hacia delante,
siguiendo siempre mis pasos
desde la sombra,
atento para no dejarme caer
y si era preciso,
remontar de nuevo;
viéndome poco a poco crecer.
De cerca o en la distancia
estás para siempre
en lo más profundo de mi corazón
porque eres una parte importante
de la persona en la que me he convertido
hoy.
Moldeador de palabras
y moldeador de sueños,
el tiempo ya ha hecho mella
en tu cuerpo,
pero aquellos felices tiempos de colegio
siguen intactos en mi recuerdo.
3 Instantes:
Hay maestros, que según crecemos más los añoramos, han formado parte de nuestra enseñanza, y seguimos aprendiendo.
Un beso de mariposa.
Sí, se añora a los que ya no están junto a ti, y se sigue aprendiendo de los que te rodean. Se tienen tantos buenos maestros a lo largo de la vida…
Un abrazo.
Ningún espacio es tan placentero como el acogedor seno de un corazón agradecido ¡Te felicito!
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