EN EL MAR QUEDARON

Foto: Anabel Gregorio – Mis gaviotas

Las mañanas ya no llevan
mi nombre en tu boca
al verme por el paseo marítimo,
antes de bajar a la playa,
ni mi sonrisa al oírlo.

Ya no me salpican las olas traviesas
llenando mi piel de sal,
ni la brisa vuela mi sombrero,
ni me siento en la orilla
a meditar,
a dejarme hipnotizar
respirando libertad,
llenando mis pulmones
de olor a mar.

Ya no me río por las tardes
con los juegos de los niños,
ni con los revolcones
de las olas espumosas,
ni me preguntan si hablo inglés…

En el mar quedaron
voces con mi nombre,
ojos aceituna,
ojos azules,
bromas cotidianas,
palomas en busca de comida
en las tardes soleadas,
una gaviota herida;
días luminosos y nublados
de este verano
en el que la gente va y vuelve
al compás de las olas del mar.

Tierra adentro
me queda la añoranza
de todos los colores que se reflejan
en sus aguas,
el sonido de las olas rompiendo,
el olor a libertad…,
y esos eternos interrogantes
que siempre llevo
y me traigo de regreso…