DESDE TU LIBERTAD

Me das libertad
para estar contigo,
para amarte;
vas tejiendo la soga
que me atará a ti.

MANOS ENTRELAZADAS

Mis dedos entre tus dedos,
nuestras palmas unidas, amor.
Amarrados los cuerpos
por interminable pasión.

MEDIAS DE SEDA

Fotografía de Branko Korelc Kobra

Tacto de seda,
así siento tus manos
deslizándose
entre mis finas medias.
Vehemente deseo.

ANCLADA

Anclada en un inmenso bosque
aún por descubrir
pasé este invierno.
Mi mente recorre su extensión,
lo estudia sin cesar.


ENTRE ARENA

Me das cobijo
en un mundo de sombras,
de ojos sin luz.
Entre esta arena
buscaré mi mar azul.

FLOR MARCHITA

En mi presente
nuestra flor se marchitó,
mas yo la guardé.
Esos pétalos secos
albergan en mi alma.

SÓLO PENSAMIENTOS

Nuestros caminos
son distantes, lejanos,
sólo se cruzan
los mutuos pensamientos
allá donde no vemos.

EL HOMBRE GRIS

Debo estar muy mal
para que el Hombre Gris
se pasee por mi mente.

Ayer vi su nombre
en cierto lugar
por el que en cualquier momento
se puede acercar.

Atractivo hombre,
encantadoramente educado,
de mirada inquieta
que buscaba la mía.

En otro contexto, en otro lugar,
bajo la luz
que hasta entonces me había alumbrado,
puede ser que hasta me hubiera enamorado
de ese hombre.

Pero en aquel lugar
en el que yo no deseaba estar,
afloraba mi natural rebeldía,
mi descontento,
mi desilusión,
mi tristeza.
Y el Hombre Gris
pertenecía a ese mundo
que a mí no me convencía.

Era tal falto de ímpetu y energía,
tan lánguidamente monótono,
tan elegantemente aburrido
que me hacía añorar aún más
la Vida de donde yo venía.

El Hombre Gris
estuvo desde el principio
hasta el final.
Gracias a él
en las primaveras se filtraba
algún rayito de sol
que a mí me daba la vida.

Ya hace tiempo que pertenezco
al mismo mundo que el Hombre Gris,
y a veces no puedo evitar pensar
que sin querer,
sin saber cómo ni porqué
me volveré tan gris como él.

CRISTALES ROTOS

Ya nunca sabré
lo que le sucede realmente,
ni lo que le sucederá.

Sus cristales rotos
cada vez saltaban
en pedazos más pequeños,
más hirientes,
clavándose en aquellos que le rodean.

Punzantes se convertían
en lágrimas mudas
que vi rodar
por las mejillas de una chica
harta de esperar,
de buscar soluciones
sin encontrar.

Cristales rotos
que salpicaban desesperadamente,
rozándome la piel;
cristales rotos
que acertadamente
o erróneamente
yo ya no intentaré
recomponer.

SOLIDARIDAD CON TORO SALVAJE

Pongo un poema de TORO SALVAJE, con su previa autorización, para solidarizarme con él por los plagios que ha sufrido con parte de su obra.

ESCÚCHAME NIÑO

Escúchame niño
cuando crezcas
no permitas que nadie
para convertirte
en hombre de provecho
te borre el brillo de la mirada.

Escrito por TORO SALVAJE

http://torosalvaje.blogspot.com