jueves, julio 23, 2009

DIVAGANDO O DISEÑANDO FUTUROS


Me siento aquí a pensar, a meditar sobre algo que no tiene marcha atrás… Este verano es otro más tan distinto y tan igual… Cierro un ciclo para intentar abrir otro, me desprendo para siempre de algo con lo que no me encariñé, pero que me daba seguridad.

Aquellas noches estivales en las que ocupabas mi mente continuamente también sonaba Ray Charles. "Georgia On My Mind" se escapaba por el balcón de aquella otra casa mientras dibujaba un futuro creado con la memoria del pasado… Y llegó un tiempo muy distinto al que imaginé, colocándome en el lugar que ocupo ahora. Esta noche suena la misma canción en otro lugar y en otro espacio, para cerrar definitivamente una puerta que seguramente abrirá otra, mientras tanto mi mente sigue diseñando futuros, creando espacios que piso con dosis de ilusión, incertidumbre y algo de temor, a la vez que recuerdo aquel tiempo que no se desvanece.

viernes, julio 10, 2009

SE NOS FUE MICHAEL JACKSON

Y el verano llegó y su muerte me sorprendió una mañana cerca del mar, entre el murmullo de las olas le pensé... Su figura seguía siendo esbelta como la de un adolescente, su baile cautivador, su personalidad y creatividad sobre el escenario propias de un genio. Innovador con su propio estilo nos regaló ese talento que poseía bailando y creando sus coreografías, componiendo canciones. Los videoclips eran seductores, atrayentes, sorprendentes; cortometrajes musicales que revolucionaron e impulsaron otra forma de comercializar la música. Me encantaba verle bailar con ese estilo único e inconfundible, tan ligero como el aire, con una energía que parecía derrochar, con esos pasos que él mismo ideaba, con aquel famoso “Moonwalk” que nadie podrá igualar. Irradiaba ritmo en cada movimiento de su cuerpo, como si la música corriera por sus venas y le impulsara sin que él realizara ningún esfuerzo. Me trasmitía sensibilidad, entusiasmo, esa alegría que traspasa cuando se está ilusionado con lo que se hace. Me gustaba aquel muchacho con aire ingenuo, frágil y perfeccionista. Era un atractivo joven de color que me resultaba cercano con su amplia sonrisa y sus expresivos ojos, a veces resplandecientes de alegría y otras con un reflejo de tristeza. Me atraía antes de que se realizara tantas operaciones estéticas, antes de que desfigurara su cara, antes de su apariencia andrógina, antes de que su nariz fuera la de Peter Pan; aunque no puedo negar que con su música y su baile me volvía a reconquistar. No me interesé por su vida, no sabía apenas nada de él. Se oían noticias sobre sus excentricidades, sobre el blanqueado de su piel, sin que yo me parase a pensar si lo hacía por disimular la enfermedad del Vitíligo o porque no quería ser de raza negra. Tan sólo admiraba al artista, pero jamás creí aquellas falsas acusaciones de abuso a menores. Tras su muerte inesperada los medios de comunicación tratan de acercarnos su parte personal, y a mí se me antoja que era un hombre rodeado de gente que se sentía profundamente solo. Viéndolo bailar con esa vitalidad y perfección solamente dos días antes de su muerte en su último ensayo para la gira que iba a realizar, era imposible adivinar todo cuanto se rumorea sobre su estado de salud. Quizá su cuerpo estuviera envuelto en dolor y su esfuerzo al bailar y cantar fueran considerables, quizá no pudiera pasar sin calmantes y sintiera miedo, pero subido en un escenario demostraba ser un gran profesional, era un espectáculo audiovisual, se trasformaba ante la mirada de todos, esfumándose esa timidez y carácter infantil del que hablan, para ofrecernos la magia de un excelente bailarín y cantante.

Se nos fue Michael Jackson hace 15 días, alguien que nunca conocí, pero cuya ausencia duele a los que crecimos con su música, nos deleitamos con sus videoclips y admiramos su baile. Un artista, un genio que pisó firme los escenarios desde niño, ocultando esa férrea disciplina paterna que tanto le afectó, regalándonos siempre una sonrisa aunque su corazón estuvieran triste. Un principito que con su talento llegó a ser, y es, el rey del pop.

Un beso, recordándote…, recordándole, entre tus canciones y el ritmo de tus pasos de baile, como siempre, mirándote sin pestañear.