lunes, noviembre 24, 2008

AL LADO DE TU CASA




Pasé al lado de la casa
de tu adolescencia.
La dejé a un lado
sin apenas mirarla,
mientras una extraña sensación
me recorría por dentro,
me empapaba de tibia nostalgia.

Pasé al lado de tu casa
rodeada del mismo paisaje:
aquellos árboles de antaño,
la carretera, la montaña…;
todo permanecía igual,
todo,
excepto yo.

Al lado de tu casa,
en aquel espacio y por unos instantes,
sentí lo velozmente que pasa vida,
la impotencia de no poder apresarla,
la trasformación del cuerpo y del alma.

Pasé al lado de tu casa
caminando muy despacio,
queriendo pisar de nuevo esas huellas
que dejamos en nuestro pasado,
buscándote y buscándome
a cada paso.

Al lado de tu casa
me monté en el coche
con los ojos empapados de ti,
sintiendo como si desde una ventana
me observaras.
Te mandé un dulce beso
con el pensamiento,
y sin volver la vista atrás
me alejé
perdiéndome en la distancia.

domingo, noviembre 09, 2008

MEDITANDO O ESCAPANDO

Me sigue gustando sentarme en este rincón a solas conmigo misma y meditar… Ya hace muchos años que estoy lejos de aquel Venero donde volaban risas al viento, horas bajo la lluvia o el sol, pero siempre respirando aires frescos de libertad al salir del colegio.

Le vi, al fin le visité, y sus ojos se humedecieron tras las gafas por la emoción. En ellos ya no se reflejaba aquella chica tan delgada, sino una mujer. Guapa y más mujer, dijo ¿Soy yo la que él ve? Ha envejecido y me duele no percibirle con la fortaleza de antes, cuando un gesto suyo cambiaba todo mi mundo en un segundo ¿Habré madurado yo por dentro en la misma proporción? Me temo que no ¿Es él el que yo veo? Sí, basta un rato a su lado para encontrar en sus palabras los ecos de una enseñanza. No tuviste veinte años cuando yo los tuve, pero me ayudaste, ya lo creo que me ayudaste, antes y después. Aún lo sigues haciendo cuando te recuerdo. Mi cariño, mi agradecimiento y mi admiración por ti no sé si te llegan sin palabras. Confío en que sí.

Ahora vivo lejos, en una ciudad en la que te pierdes entre la gente sin verles. En la que a veces no sé si estoy haciendo todo lo que debo…
y si lo que evoluciona satisfactoriamente es por otros motivos…, en la que quiero cambiar cosas sin saber si podré hacerlo…, en la que va creciendo mi conciencia del “deber”, de “tener que”, de “estar para”, de tener mi vida “aprisionada”, en la que vivo decepciones, engaños de personas de otros lugares que ni siquiera están a mi lado...; y últimamente, en la misma proporción, va aumentando mis deseos de escapar, de volar, de dejarlo todo atrás…