miércoles, diciembre 26, 2007

VELADA NAVIDEÑA





A veces resulta
tal dulce como un caramelo
una velada con las personas
que han compartido
tantos momentos de tu vida,
mirar en sus pupilas y ver reflejadas
secuencias de tu vida
en las que todos fuimos protagonistas.

Riéndonos a carcajada limpia
siempre aparece entre tú y yo
la sombra esbelta
de nuestra adolescencia perdida.

¿Qué decir de ti?,
si continúas con la costumbre
de revelarme confidencias
a media voz,
que se quedan entre los dos.

El recuerdo para aquellos
con los que tantos momentos compartimos
y que en su día se fueron,
también para los que viven lejos,
dejando en nosotros gran parte de ellos.

Niños que nos alegran continuamente
con sus inocentes ocurrencias,
y que al mirar esas chispitas
de luz en sus ojos
vemos el reflejo de navidades paradas
en las que fuimos pequeños.

Los que ahora son mayores,
sin que ni ellos ni nosotros
tengamos plena conciencia de esto,
siguen con esa energía y vigor
que les caracteriza.

Y todo trascurre entre nosotros
con la misma confianza
de quienes se ven todos los días,
a pesar de que los caminos de nuestras vidas
nos alejaron y nos continúan alejando
paso a paso a través de los años.

¿Será esto la familia?
Desde luego es parte de la mía,
y deseo que al menos continúe así
durante muchísimo tiempo,
con intentos fallidos como éste
de plasmarme entera
en una sencilla fotografía.



jueves, diciembre 20, 2007

CAMINO SOBRE AGUA HELADA

Hay días que daría lo que tengo
por vivir unas horas contigo,
esas horas felices
que tendría que rescatar
de nuestro pasado.

Ahora vivo flotando sobre agua helada,
sin ahondar en ninguna relación,
volcada en un proyecto,
que va tomando cuerpo,
sabiendo que en cualquier momento
me puedo hundir en las profundidades
del agua sobre la que camino.

Nada tiene raíces ni permanencia,
como si viviera eternamente
con las maletas hechas,
mirando pasar los árboles
a ambos lados del camino
y añorando tu presencia a cada paso;
sintiendo que aún te quiero,
que con nadie puedo compartir
esa complicidad e intimidad,
que nadie volverá a ser
tan cautivadoramente especial.

Yo, que debo comprender tantas cosas…,
¿quién me entenderá y apoyará a mí
ahora que tan sólo te tengo
en mis mejores sueños?

Dejaste mi alma tan profundamente vacía
que ya nadie la podrá llenar,
con ese frío y desprotección
que me causa la lejanía
del abrigo de tus brazos
ceñidos a mi cuerpo,
con la tristeza de no contar con esa fuerza
de tu constante presencia
en mi mundo interior.

Siento que vivo a la intemperie
o en una gran casa vacía de ti,
como si todo fuera provisional,
como si me mudara hacia ningún lugar…,
con ese hondo dolor de no volverte
a tener jamás.

Mis mejores deseos hacia vosotros
en esta Navidad,
así como en el Nuevo Año
que se aproxima con paso firme.
¡Qué en él viváis momentos inolvidables
de felicidad!

Muchos besos con gratitud por vuestra compañía.

jueves, diciembre 06, 2007

PRESENTE INEXSISTENTE


Si el pasado y el futuro son infinitos,
si del éxtasis pasamos al infierno
y de éste de nuevo a la gloria;
si de la más lúcida sabiduría
iremos hacia una cegadora ignorancia
para volver a ser sabios otra vez;
si de la más perversa maldad
pasamos a una absoluta bondad
y viceversa.

Si cada instante se evapora
para no regresar jamás
y tan sólo queda un rastro deformado
en nuestra memoria:
¿Qué tengo, dónde estoy
y quién soy yo ahora?

Sentado a mi lado tuve parte de mi lejano pasado,
con la enorme satisfacción de verle
esos instantes de mi presente
después de tantos años alejado.
Una fila más atrás
encontré parte de mi pasado inmediato,
que a su vez me invitó a compartir con él
ese efímero presente.

Desconocidos en el espacio y el tiempo
reunidos hoy con un único nexo: yo,
ese yo de ahora con ellos,
y la sensación de haberme dejado
parte de mí y parte de ellos
atrapados en el tiempo,
en un presente ya inexistente
que se nos fugó entre los dedos,
en un pasado que nunca queda cerrado.